La iglesia local
Lectura: Hebreos 10:23-39
El Señor Jesucristo aseguró en su ministerio terrenal que Él edificaría Su iglesia.
Así que, contrario a lo que muchos consideran, la iglesia no es un edificio, sino el cuerpo de Cristo, es decir, de manera universal, todos aquellos que hemos reconocido a Jesús como el Señor de nuestras vidas, formamos la iglesia de Dios.
Sin embargo, no podemos hacer a un lado la enseñanza bíblica de que existe también la iglesia local, una congregación de creyentes, regenerados, y bautizados después de una profesión de fe, comprometidos con guardar las ordenanzas de Cristo y engrandecer Su reino.
Como parte de una iglesia local, Dios nos permite desarrollar los dones que Él mismo ha impartido con el propósito de ayudarnos mutuamente a crecer espiritualmente, para que el Nombre de Jesús sea glorificado. Esto sucede por la gracia que Dios ha derramado sobre nosotros.
Es impresionante la cantidad de situaciones en las que Dios desea que podamos ser de bendición unos a otros; amándonos, exhortándonos, alentándonos, ayudándonos, estimulándonos al amor y a las buenas obras, etcétera, pues en el plan perfecto de Dios, pertenecer a una iglesia local es para nuestro bien.
Agradezcamos a Dios por nuestra iglesia local, donde Cristo es la Cabeza, y nosotros, miembros los unos de los otros.
Pastor Jahaziel García
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