Línea directa con Dios
Lectura: Filipenses 4:4-9
Necesitamos revisar nuestro concepto acerca de la oración. Orar es platicar con Dios de manera íntima y personal.
Lamentablemente, debido a la percepción humanista que nos invade, la mayoría de las veces vemos a la oración como una herramienta para conseguir lo que deseamos, o como nuestra última tabla de salvación en la crisis.
Sin embargo, la Escritura nos enseña que Dios está interesado en tener un tiempo de intimidad con nosotros. De hecho, Él nos invita a pasar tiempo a solas con Él.
Constantemente Dios está invitando al hombre a acercarse a Él para que podamos exponer nuestras dudas o preocupaciones y, a cambio, Él promete llenar nuestro corazón de Su paz inigualable.
Sin embargo, es necesario que nos acerquemos a Él confiando en Su gracia; no en nuestros propios méritos sino en los de Jesucristo, el Hijo de Dios. También debemos estar conscientes de que al orar estamos en la presencia del único Dios verdadero, a quien debemos adorar.
Si bien es cierto que podemos llevar ante Él todas nuestras peticiones, es necesario que lo hagamos con la plena certeza de que Él hará lo mejor para Sus hijos, conforme a su sabiduría y poder infinitos.
Gracias a Dios por la oración, mediante la cual Él nos oye.
Pastor Jahaziel García
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